Toda tu vida te sentiste chiquitita e insignificante. Creias que la suerte siempre te daba la espalda y que el azar era tu peor enemigo. “Dejalo al azar” te decian… Pero al azar nunca te ayudaba. Aunque por ahi no estaban tan errados, por ahi solo tenias que abrir un poco mas los ojos y mirar lo que tenes en frente. Asi como siempre se te sentiste chiquitia e insignificante, ahora sabes que sos capas de ponerle el pecho a los golpes que te tira la vida sin importar cuanto duelan. Ahora te crees una chiquitia grandota, capaz de comerse al mundo.
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